© Publicado por Juan E. Pflüger el 13-5-2015 en La Gaceta
En varios mensajes cruzados entre algunos padres de las Escuelas Pías de Santa Ana se tacha a los padres y alumnos que usan el español de “fachas” y se incita a presionar a los alumnos.
Hace tres años que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña dictaminó que los colegios de Cataluña debían ofrecer un 25% de su currículum académico en español. Esta decisión jurídica ha sido ratificada por el Tribunal Supremo en todos sus extremos.
El problema se ve muy claramente cuando el director de un centro decide aplicar la legalidad en el centro que coordina. Se ha visto muy claramente en las Escuelas Pías de Santa Ana donde su director, David Gallemí i Bravo, ha ofrecido el porcentaje legal de horas lectivas en el centro y un grupo de padres de alumnos han organizado grupos de mensajes para coordinarse contra la medida.
El Telediario de Intereconomía de Xavier Horcajo ha tenido acceso a algunas de estas conversaciones en las que se pide desde el acoso a los alumnos, hasta la coacción contra las familias que piden poder ejercer su derecho al uso del español y que son calificados de “fachas”.
Los padres lo tienen claro: “al final es un tema de quién la lía más”, en referencia a la manifestación independentista y contra el uso de la lengua común de España que se ha convocado en la tarde de este miércoles en las puertas del centro. El mismo padre habla de “los hijos de p*** de los políticos que permiten que unos padres puedan arrastrar al resto”. Poco después, no duda en asegurar que “los hijos deben de ser igual de fachas que sus padres. O no les dejarían hacer eso a sus padres. Con 12 años ya sabes lo que están haciendo tus padres”.
En otra de las conversaciones a las que ha tenido acceso este diario se pide que se arrincone a los padres y los alumnos que soliciten el 25% de la enseñanza en español: “El nombre de los niños y de los padres se debe saber. Y sintiéndolo mucho se les debe arrinconar. Ni pobres niños ni host***. Si los padres aprecian a sus hijos, ya cambiarán de opinión”.
A esta barbaridad, otro de los padres del grupo de mensajes le contesta que no hay que perder el norte, que a los niños “se les debe dejar al margen”.
Lo que es cierto que quien no sale bien parado de este contencioso es el director del centro, Gallemí, a quien acusan de haberse “bajado los calzones a las primeras de cambio”.